Tras el pánico generado en Cumaná y Araya, en días atrás por los casos de meningococcemia, una nueva alarma reaparece en el escenario venezolano: el Cólera.

La doctora Lorena Abadía, Coordinadora del Grupo y del Laboratorio de Resistencia Bacteriana del IIBCAUDO, el cólera es una enfermedad infectocontagiosa, que se presenta como una infección intestinal aguda con una diarrea acuosa blanca.

A diferencia de la bacteria Neisseria meningitidis que ocasiona la meningococcemia, transmitida de contacto estrecho de persona a persona, la bacteria Vibrio cholerae, que causa el cólera, se contrae a través de los alimentos o agua contaminada con la misma.

Para Abadía, el método más simple de prevención, es el lavado de las manos antes de preparar e ingerir alimentos, antes y después de ir al baño, cambiar pañales, así como el hervir bien el agua filtrada, no ingerir alimentos crudos tales como, moluscos, mariscos, pescado, entre otras actividades cotidianas del ser humano.

“El único tratamiento posible para el cólera es la rehidratación. No se deben administrar antibióticos salvo contadas excepciones. En los sitios de catástrofes naturales como terremotos o inundaciones, se pueden presentar brotes epidémicos por la ruptura de los tubos de aguas blancas y los de aguas servidas. En dichas circunstancias, se suelen mezclar ambas aguas. El agua supuestamente “potable” se contamina con heces humanas y la bacteria se disemina al ingerir el agua o los alimentos contaminados”, particularizó la doctora Abadía-Patiño.

En cuanto a los casos reportados en Venezuela, según los detalles suministrados por la Ministra del Poder Popular para la Salud, provienen de un hecho ocurrido fuera de las fronteras del país, ya que las personas afectadas contrajeron la enfermedad al ingerir alimentos o agua contaminada en República Dominicana, donde ya se han registrado enfermos por esta bacteria, debido a su cercanía con Haití.

Sin embargo, aporta la investigadora del Laboratorio de Resistencia Bacteriana del IIBCAUDO Abadía-Patiño, que también las personas pueden contagiarse de esta enfermedad, por medio de la ingesta de alimentos crudos o poco cocidos.

“En sitios de hacinamiento, en donde no existan baños para la eliminación adecuada de las deposiciones, el riesgo de contagio es alto. Es una enfermedad que no tiene un rango de afectados, pueden sufrir la diarrea grandes y chicos, sobretodo las personas con sistema inmune deprimido como: Sida, pacientes con ingesta de esteroides, quimioterapia, desnutridos, entre otros”, afirmó.

Lo recomienda la experta, en el caso de pacientes con diarreas profusas, es dirigirse a un centro de atención médica, para que sean rehidratados por vía oral o parenteral, según la gravedad de la deshidratación, ya que la muerte del paciente viene dada por la pérdida masiva de los líquidos corporales y los electrolitos. “Una persona enferma eliminará la bacteria en sus heces hasta 14 días después de la primera diarrea. El Instituto Nacional de Higiene debe confirmó los primeros casos de cólera, Vibrio cholerae O1 y una vez detectados los primeros, los subsiguientes, que se ajusten a la patología clínica, se diagnostican por asociación, por lo cual no es necesario analizar todos los casos de diarrea aguda en epidemia”.