Con un partidazo que mantuvo la tensión hasta los últimos minutos, Marinos de Anzoátegui arrazó,  en el  quinto juego de la final,  a los Cocodrilos  de Caracas.  El marcador cerró con 77 a 75 a favor del quinteto oriental,  logrando su octavo título de Liga Profesional de Baloncesto.

La «Caldera del Diablo»  en el Polideportivo Simón Bolívar de Puerto La Cruz, estado Anzoátegui  ardió ante el calor de la fanaticada que desbordó las tribunas, violentando la seguridad.  La celebración se prolongó hasta horas de la madrugada con caravanas, fuegos artificiales y  corneteo. No es de extrañar que mañana sea declarado por el ejecutivo regional como  Día de Júbilo para la celebración de este merecido triunfo.

Marinos cierra así una temporada en la que superó algunos problemas económicos, lesiones de jugadores vitales y un cambio de entrenador, y de esta manera dió al estado Anzoátegui otra gran satisfacción, siguiendo el ejemplo del beisbol, ya que Caribes de Anzoátegui es el actual campeón del beisbol venezolano.