¿Los ciclos lunares influyen en los partos espontáneos y el sexo fetal? Esta es la interrogante que inquieta a muchos especialistas en reproducción y fertilidad humana, y a la que un número significativo de ellos ha aplicado el método científico, para determinar si realmente existe tal influencia o sólo se trata de un mito ancestral o creencia popular.

El doctor Juan Carlos Álvarez, docente-investigador de la Escuela de Ciencias de la Salud del Núcleo de Anzoátegui de la Universidad de Oriente y Director-Fundador de la Clínica Profertil, centro pionero en el tratamiento de fertilidad en la región Oriental, es en Venezuela el primer experto en reproducción y fertilidad humana que ha ahondado en ese mito, en función de lo que se denomina Fertilidad Cosmobiológica.

El «padre» de los primeros «bebés probetas» nacidos en el Oriente del país, no sólo abordó el tema «Las fases lunares y la fertilidad» en ¿Infértil, yo?, una guía útil para parejas que desean un embarazo, sino que también concluyó la primera de las tres etapas del estudio intitulado «Ciclo lunar y partos espontáneos», con la colaboración de: Celenia Marcano, Ramón García, Maiella Luna, Zulay García y Nazareth Durán, adscritos a la citada Escuela de Ciencias de la Salud.

La primera etapa de ese estudio se realizó en una muestra de 80 gestantes, que tuvieron partos espontáneos en el Hospital Universitario «Doctor Luis Razetti» de Barcelona, estado Anzoátegui, entre septiembre-octubre de 2010. Los resultados preliminares revelan que en la fase lunar cuarto creciente hubo un mayor porcentaje de ovulaciones y de nacimientos de bebés del sexo masculino.

Al declarar sobre resultados preliminares de ese estudio,  Álvarez dice que a lo largo del tiempo se ha atribuido que existe una estrecha relación entre los ciclos lunares, los nacimientos y el sexo fetal, y que los resultados de muchas investigaciones han reconocido o rechazado esta asociación, lo que aún suscita gran interés y polémica.

Igualmente expresa que cuando una niña nace está dotada de cuatro a cinco millones de folículos, los cuales se van reduciendo progresivamente hasta llegar a unos 500 mil, y que la mujer sólo produce de 300 a 400 óvulos a lo largo de su vida reproductiva, «gracias al efecto controlador del cuerpo humano, que lleva el resto de esos folículos a la atresia».

«Desde el punto de vista científico, no se sabe aún qué es lo que conlleva a que un óvulo sea exactamente el que ovule o que entre tantos millones de espermatozoides sea sólo uno el seleccionado para hacer la fecundación», agrega.

La primera etapa del estudio «Ciclo lunar y partos espontáneos» tuvo tres objetivos: determinar si existía una relación entre los ciclos lunares y los partos espontáneos; estudiar si existía una relación entre el ciclo lunar, la ovulación y el parto, y analizar si existía una relación entre el ciclo lunar y el sexo del recién nacido.  Abarcó el ciclo lunar comprendido entre el 8 de septiembre y el 1 de octubre de 2010, y para desarrollarla se aplicó el método científico denominado observacional descriptivo.

Informa Álvarez que de las 680 mujeres que acudieron al servicio de sala de partos del Hospital Universitario «Doctor Luis Razetti» de Barcelona en el citado período sólo se seleccionaron 80, con base en los criterios siguientes: embarazos controlados a término, reglas normales, conocimiento preciso de la fecha de la última regla, inicio y culminación espontánea de las contracciones uterinas y sin ninguna patología asociada.

Resalta que 20 de las 80 mujeres seleccionadas tuvieron partos espontáneos el 8 de septiembre, fecha que coincidió con luna nueva; 21, el 15 de septiembre, que coincidió con la fase lunar cuarto creciente; 19, el día 23 del citado mes, que coincidió con luna llena, y 20, el 1 de octubre, que coincidió con cuarto menguante.

Un análisis de los ciclos lunares en los cuales se registraron esos partos espontáneos, indica que la mayoría de esas mujeres ovuló en cuarto creciente. «Esto significa que la implantación embrionaria coincidió con luna llena, lo que coincide con la creencia popular», dice el especialista en fertilidad y reproducción humana, quien informa que en cuarto creciente también nació el mayor número de bebés de sexo masculino: 15.

En su obra ¿Infértil, yo?, Álvarez refiere que la influencia cíclica de la luna abarca desde las modificaciones de las mareas, los ciclos vitales reproductivos de los animales y plantas, hasta los vínculos con la menstruación, embarazos o partos en la mujer.

«Sus fases – luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante -, se han vinculado con la astrología, la religión y la creación de diversos calendarios. Pero lo más fascinante es que rige la fertilidad biológica en la naturaleza», dice.

Al dar respuesta a la interrogante ¿También tiene (la luna) relación con la reproducción en humanos?, expresa: «Hay quienes sostienen que sí, e incluso postulan que existe conexión entre las fases lunares y el sexo del bebé y hasta sugieren inicios de tratamientos de fertilidad durante la etapa de cuarto creciente, momento calificado por los calendarios lunares como tiempo óptimo para el inicio de proyectos o para la siembra. Se sugiere que al comenzar el tratamiento en esa etapa, será justo al llegar a la fase luna llena cuando estén dadas las condiciones para alcanzar la ovulación, y por ende el embarazo».

Agrega, que en el mismo orden de ideas se postula que cuando la luna está en la misma fase que cuando nació la mujer, crecen o se incrementan sus posibilidades de fertilidad, y subraya que  a todo esto se le llama Fertilidad Cosmobiológica, que hasta el momento no tiene sustento científico.