Hace un año, un  12 de mayo, falleció  el ilustre médico y científico venezolano Jacinto Convit a sus 100 años de edad, reconocido por una vida entregada a favor de la ciencia, la salud pública nacional e internacional. Como parte de su legado se encuentra la creación de la vacuna para combatir la Lepra, el estudio de enfermedades endémicas como la leishmaniasis y el mal de chagas; igualmente, estuvo al frente de investigaciones para curar diversos tipos de cáncer.

Uno de sus logros más destacados consistió en la inoculación del bacilo de la Lepra en un cachicamo, que trató con una vacuna que obtuvo de la mezcla del Mycobacterium leprae y la BCG.

Convit obtuvo su título de Doctor en Ciencias Médicas en el año 1938, en la Universidad Central de Venezuela (UCV). En 1940 inició su carrera docente como colaborador en la Cátedra de Medicina Tropical de la UCV y en 1944 ganó el concurso de Médico Dermatólogo en el Hospital Vargas de Caracas. En Nueva York, Estados Unidos, en el Instituto Interamericano, realizó un curso intensivo sobre epidemiología y bioestadística en la Universidad de Western Reserve, luego se trasladó a Brasil para estudiar en la organización de la lucha antileprosa, en Sao Paulo.

En 1945 ingresó a la Cátedra de Dermatología del Hospital Vargas como instructor y director del laboratorio de dicha cátedra hasta 1950 y es nombrado jefe de Clínica Dermatológica. En 1947 presentó ante la Comisión Médico-Asistencial del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, el Plan Nacional de Lucha Antileprosa.

Para 1958 asume la Jefatura del Servicio del Hospital Vargas y asciende a profesor asociado de la UCV, donde coordinó las actividades dermatológicas asistenciales, docentes y de investigación, reconocidas por el American Board of Dermatology; en 1965, designó el Servicio de Dermatología del Hospital Vargas como centro docente para un año de formación de los residentes que aspiran al grado de Board.

En el año 1972, Convit creó el Instituto Nacional de Dermatología, el cual se transformó en el Instituto Universitario de la UCV en 1973 y en Centro Internacional de la OMS/OPS en 1976, donde se realiza actividad docente de pre y posgrado, y curso medio de Salud Pública, así como actividades internacionales en torno al estudio de programas de lepra, formación de laboratorio, rehabilitación, actividades de campo y entrenamiento entomológico.

Fue considerado una de las grandes figuras mundiales de la Medicina, distinguida en el año 1987 y acreedor del Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica por su vacuna contra la Lepra, y en 1988 estuvo postulado para el Premio Nobel de Medicina, además se galardonó como Prize in Medical Sciences 2006, otorgado por la Academia de Ciencias para el Mundo en Desarrollo.

En el año 2002, la Organización Panamericana de la Salud -con sede en Washington DC- designó al doctor Convit “Héroe de la Salud Pública”, por cuanto era un especialista de gran renombre mundial en el campo de la lepra (enfermedad de Hansen) y enfermedades tropicales.

Su proceder lo condujo a la creación de varias instituciones y asociaciones referentes a la labor médica, entre ellas la Sociedad Venezolana de Dermatología y Venereología, la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Sociedad Venezolana de Alergología. Convit fue condecorado en 2011 con la Legión de Honor, que es la más alta distinción honorífica de la República de Francia.

El 10 de noviembre de 2013, el entonces Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación (Mppeuct), en nombre del Gobierno Bolivariano, se acordó realizar un homenaje a su importante trabajo en la Medicina, con la honrosa decisión de designar con su nombre los Premios Nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación como tributo a su vida y obra.

En el marco de estos premios, el titular del Mppeuct, Manuel Fernández, exaltó su ejercicio profesional, “la humildad, sencillez y constancia, es lo que hacen del ilustre científico, un hombre admirable”.

En 2014, por Decreto Presidencial se le confiere la Orden Libertadores de Venezuela, posmortem, en su primera clase.

El doctor Convit es memoria viva y siempre será recordado por su constante labor científica, humana y sus aportes en beneficio de la salud de los pueblos del mundo. Prensa Mppeuct/ Isabel Cordones Huldler