José Dionisio Solórzano / @jdionisioss
Rincón del Gurú-. “Todo tiempo pasado fue mejor”, así dice un refrán muy conocido en muchas partes de América Latina, y se ha convertido en una verdad para esa generación que llamamos los millennials.

¿Cuántos han suspirado al ver de nuevo su serie de televisión de la niñez? ¿Cuántos no se han emocionado al ver aquella cuña que lo marcó sus primeros días de juventud? Así somos.

Los millennial somos personas nostálgicas.

Decimos cosas como “nuestra niñez sí fue una verdadera niñez, no como la de ahora”.

Para muchos de los nativos de esta generación Mario Bros sí era un videojuego de verdad; divertía y no era tan violento. Recordamos, entre chistes, aquellas enciclopedias que venían en CD como Encarta.

Al reconocer a los millennials como nuestros clientes objetivos y/o metas del producto o servicios que ofrecemos, tenemos que hacer evocaciones constantes a su realidad emocional.

Empresas como Netflix trajo al mercado una nueva temporada de “Tres por Tres” o “Full House”, con el propósito de satisfacer los anhelos y expectativas de rememoración de este segmento importante del universo de usuarios.

La cadena de televisión FOX ha hecho lo propio, hace unos meses, regalándoles a sus televidentes la décima temporada de “Expedientes Secretos X”.

Por algo, está en curso la nueva trilogía de “Star Wars” y muchísimas más reediciones de éxitos de los años 70, 80 y 90.

Cada uno de estas personas quiere revivir su infancia. Y, comercial y comunicacionalmente hablando, es una oportunidad de oro que tenemos que aprovechar desde nuestras organizaciones.

Los millennials no son solo son nostálgicos, son hombres o mujeres maduros y económicamente establecidos, es decir, aquellos que poseen el poder de compra.

El hecho de resucitar entre los muertos a programas de televisión del siglo pasado, modernizarlos y darle continuidad dramática, se transforma en ventas.

Pero, ¿ventas de qué? De material POP, triangulación de contenidos en las Redes Sociales, más clientes en las salas de cine o por televisión por cable y digital.

Ahora, la estrategia del marketing de nostalgia es fundamental para alcanzar los objetivos de posicionamiento emocional en un público específico, y a la vez muy crítico.

Tenemos que presentarle algo que reviva su pasado, pero que dé valor agregado a las historias que ellos recuerdan y que añoran.

Cometer un error en la presentación de los mismos, se constituirá en tu fin en las simpatías de este sector vital de los mercados.

Un millennial, es en este momento un cliente activo. Un generador de dividendos que proveerá de entradas económicas a nuestro negocio, siempre y cuando sepamos comprenderlo y satisfacerlo.

Una de nuestras características es que no somos naturales del mundo y/o era digital, somos adoptados por la tecnología. Nuestros hijos son los que se encuentran imbuidos en esta nueva visión de la sociedad.

Para tener éxito en la presentación de un producto, en el empleo del marketing de nostalgia o en el enamoramiento del cliente a través de símbolos, es una tarea ardua y difícil.

¡Comunícate y hazlo bien!