El pasado viernes participé, telemáticamente, en el seminario “Reflexiones en tiempos de incertidumbre” organizado por World Confederation of Businesses (Houston, WorldCob) que afilia a unas 3,500 empresas, entre ellas universidades privadas de 130 países.

Más que una era de cambios, vivimos un cambio de era que el coronavirus precipitó” me advirtió un buen amigo empresario. Palabras que cité en mi intervención.

Cuando la pandemia quede atrás, viviremos una «nueva normalidad». Cambiarán los modelos económicos, la manera de relacionarnos, los sistemas políticos, la manera de hacer política y nuestro propio comportamiento. Nada saldrá intacto.

Basándome en » El mundo tras el virus» trabajo de Enrique Quemada, anticipé lo que está porvenir. Los políticos profesionales perderán protagonismo y ganarán los expertos, buen número de los actuales gobernantes serán derrotados en elecciones prontas, y podría acentuarse la radicalización entre líderes de distintas tendencias. La dramática caída del PIB mundial –pronosticada ya por el FMI- irá aparejada a la perdida de millones de puestos de trabajo, la quiebra de centenares de miles de negocios, el crecimiento cuasi inmanejable de la deuda, el déficit publico y brotes inflacionarios, una rareza en buena parte del mundo, pero algo común en Venezuela.

La brecha entre ricos y pobres se hará mayor. Las tensiones sociales y las probabilidades de revueltas y revoluciones sangrientas aumentarán. Las creencias religiosas se fortalecerán.

La digitalización y la inteligencia artificial modificarán radicalmente como trabajamos y estudiamos. Se masificará el teletrabajo y la educación online por competencias. Los menos educados enfrentarán aún mayores dificultades que las que hoy padecen. Pronto el empleo, como lo conocemos, será poco. Se multiplicarán las contrataciones por proyecto, el quehacer remoto y la flexibilidad de horarios haciendo mas compleja la gestión gerencial.

El consumo disminuirá y la compra por internet será la constante. Amazon o Wal-Mart se replicarán en incontables emprendimientos pequeños que atenderán requerimientos específicos y locales.  La movilidad será menor. Sólo los adinerados podrán viajar al extranjero. El turismo regional se potenciará. El precio del petróleo tenderá a la baja, su demanda caerá y los países productores se verán obligados a reconvertirse rápidamente por la falta de ingresos provenientes de la venta de hidrocarburos.

Los grandes capitales derivarán hacia empresas relacionadas con la salud, alimentación y la tecnología.

Arthur Laffer, asesor de Trump, denominado “Padre de la economía de la oferta”, hace pocas horas calificó al coronavirus como darwiniano. a mi juicio, una interpretación equivocada. La noción de selección natural de Charles Darwin (siglo XIX ) es tomada como una lucha en la que los mas fuertes sobreviven y los débiles mueren.

En el mundo se impone la colaboración entre individuos y países , de lo contrario el daño sería más devastador que varias pandemias juntas con el hambre incluida.

(*) Analista.  ex gobernador, diputado y concejal.  Rector de la Universidad Tecnológica del Centro y Chancellor de Millenia Atlantic University, en Estados Unidos.

Imagen: Cortesía de Mujer