La semana pasada mi hija Isabel presentó su tesis de grado en Goldsmiths College de University of London. Titulada “Has gendered orientalism played an enduring role in altering liberal governance in the UK and France?” era el último requisito para obtener su BA en Politics and International Relations. La leí con mucha atención deteniéndome un rato para reflexionar en los párrafos en los que analiza la política francesa “Vivre Ensemble”, expresión que podemos traducir como Vivir Juntos o Viviendo Juntos y que cualquier diccionario galo define como “Cohabitación armoniosa entre individuos o comunidades”.

Me atrevo a afirmar como el catalán Ignacio Pou que de lo que se trata es que nosotros, los venezolanos, estamos “condenados a vivir juntos” o incluso, peor aún, que hemos sido arrojados al infierno de Sartre en el que tres sujetos que se odian son confinados en una habitación sin espejos a mirarse unos a otros durante toda la eternidad.

Así es que los que decidimos quedarnos aquí, en esta tierra de gracia, o los que no tienen opción distinta a permanecer aquí, debemos entender que hay que vivir juntos y procurar juntos, cohabitando armoniosamente independientemente de nuestra fe y/o convicciones, lo mejor para todos, en paz, y prestar oídos sordos a aquellos que promueven que sea la fuerza, la violencia y consecuentemente la destrucción y la muerte las parteras del mañana.

(*) Analista.  ex gobernador, diputado y concejal.  Rector de la Universidad Tecnológica del Centro y Chancellor de Millenia Atlantic University, Estados Unidos.

Imagen: El Jardín de las Delicias obra del pintor neerlandés Jheronimus Bosch. Cortesía de Amazon.