_Una de las cosas que caracteriza al venezolano es su sentido del humor. Es bueno tener humor, porque la risa  no solo es un relax para el alma, sino también, como lo ha demostrado el médico Patch Adams,  es un remedio infalible para los males del cuerpo. Reir, por ejemplo, es una forma de combatir el cáncer, porque si no te ríes, si te deprimes, se te bajan las defensas y la enfermedad te consume._
_Pero el problema es que los venezolanos nos reímos de todo, hasta de nuestra propia desgracia, y eso no es bueno ni ayuda en nada; al contrario, agrava los problemas._ 
_Lo digo porque veo con preocupación vídeos improvisados de los chistosos de estos tiempos. No puedo menos que sentir aprensión ante semejante proceder, porque es como si no nos diéramos cuenta de la tragedia que vivimos, y la tragedia no debería producir risa sino tristeza e indignación. No triunfan sobre sus desgracias los pueblos que se la pasan riendo, sino los pueblos que se indignan ante la injusticia_. 
_Ese chamo que abraza la pimpina de gasolina con un lazo en forma de regalo, y que llora agradeciendo el «obsequio», podrá creerse muy chistoso, pero mí me produce tristeza, porque no se da cuenta de que de esa manera no está haciendo otra cosa que un chiste de sí mismo, y eso es muy penoso. Lo mismo sucede con los jóvenes que graban un vídeo cuando están llegando al surtidor de gasolina, después de una cola de 24 horas, y gritan alborozados como si hubieran logrado el triunfo en una importante competencia; los que se ríen cuando tienen que cocinar con leňa;  los que se sienten muy afortunados al poner a funcionar su carro con una bombona de gas doméstico, o los que hacen vídeos de carruajes parecidos a los del Oeste norteamericano como una manera de hacerse los graciosos_.
_Sé que lo hacen con ironía, pero no se dan cuenta de que la ironía debe tener dignidad, y la forma en que ellos actúan denota, más bien, sumisión, entrega, aceptación pasiva de la desgracia_.
_Cuando nos reímos de todo lo que pasa, cuando tomamos a chanza esta tragedia inconclusa de la patria, cuando nos reímos de la muerte que nos rodea, de la escasez, de tener que cocinar con leña, de alumbrarnos con velas, no nos damos cuenta de que eso es lo que quieren quienes nos tienen jodidos._
_Así es, camaradas; mientras nos reímos de nuestros males, el régimen se ríe de nosotros. Mientras tomamos todo a juego como niños, no nos percatamos de que más bien somos nosotros las víctimas de un juego maquiavélico donde son sepultadas nuestras esperanzas y nuestros deseos de lucha; y si no nos enseriamos nunca vamos a salir de esta tragicomedia insoportable que ya lleva veinte actos. Entonces no nos quejemos, pues, como dicen, los seres humanos somos cautivos de nuestras propias identidades y vivimos en prisiones de nuestra propia creación__¡Qué vaina!, ¿no?_ 
(*) Comunicador Social. Ancla de Unión Radio 93.7 FM de Puerto La Cruz.

Imagen: cortesia de Ifedec