Biotecnólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México desarrollan plásticos biodegradables a partir de una bacteria que produce un material parecido al poliéster.
Elda Guadalupe Espín Ocampo, del Instituto de Biotecnología-UNAM trabaja con la bacteria del suelo no patógena, Azotobacter vinelandii. Este microorganismo produce un polímero parecido al poliéster, con la diferencia de que al ser generado por un organismo vivo, este material es biodegradable.
El grupo de trabajo del IBt-UNAM estudia los genes que intervienen en el proceso de producción y las condiciones que requiere la bacteria para hacerlo, con el objetivo de averiguar el papel biológico de esta síntesis y modificar al microorganismo; de manera que puedan diseñar cepas que produzcan polímeros con características útiles en la industria.
Del material es posible producir plásticos transparentes, oscuros, irrompibles y maleables, entre otras propiedades que tienen un gran potencial de uso en la industria, dijo Espín Ocampo.
Para que la bacteria produzca el polímero es necesario colocarla en un medio con algunas sales y alimentarla con fuentes de carbono como la azúcar o hidrolizados del bagazo de la caña de azúcar.
Espín Ocampo explicó que de acuerdo a un estudio practicado a estos polímeros, cuando se encuentran en composta se degradan en un periodo no mayor a los cinco meses; tiempo que contrasta con los cien años o más que tarda un plástico derivado del petróleo.
Hasta ahora, el equipo del IBt-UNAM ha logrado generar cinco cepas con potencial de producción. Por lo que el siguiente paso será evaluarlas en fermentadores para su producción masiva.
Biotecnólogos de la UNAM desarrollan plásticos biodegradables a partir de una bacteria que produce un material parecido al poliéster.
Elda Guadalupe Espín Ocampo, del Instituto de Biotecnología-UNAM trabaja con la bacteria del suelo no patógena, Azotobacter vinelandii. Este microorganismo produce un polímero parecido al poliéster, con la diferencia de que al ser generado por un organismo vivo, este material es biodegradable.
El grupo de trabajo del IBt-UNAM estudia los genes que intervienen en el proceso de producción y las condiciones que requiere la bacteria para hacerlo, con el objetivo de averiguar el papel biológico de esta síntesis y modificar al microorganismo; de manera que puedan diseñar cepas que produzcan polímeros con características útiles en la industria.
Del material es posible producir plásticos transparentes, oscuros, irrompibles y maleables, entre otras propiedades que tienen un gra
Biotecnólogos de la UNAM desarrollan plásticos biodegradables a partir de una bacteria que produce un material parecido al poliéster.
Elda Guadalupe Espín Ocampo, del Instituto de Biotecnología-UNAM trabaja con la bacteria del suelo no patógena, Azotobacter vinelandii. Este microorganismo produce un polímero parecido al poliéster, con la diferencia de que al ser generado por un organismo vivo, este material es biodegradable.
El grupo de trabajo del IBt-UNAM estudia los genes que intervienen en el proceso de producción y las condiciones que requiere la bacteria para hacerlo, con el objetivo de averiguar el papel biológico de esta síntesis y modificar al microorganismo; de manera que puedan diseñar cepas que produzcan polímeros con características útiles en la industria.
Del material es posible producir plásticos transparentes, oscuros, irrompibles y maleables, entre otras propiedades que tienen un gran potencial de uso en la industria, dijo Espín Ocampo.
Para que la bacteria produzca el polímero es necesario colocarla en un medio con algunas sales y alimentarla con fuentes de carbono como la azúcar o hidrolizados del bagazo de la caña de azúcar.
Espín Ocampo explicó que de acuerdo a un estudio practicado a estos polímeros, cuando se encuentran en composta se degradan en un periodo no mayor a los cinco meses; tiempo que contrasta con los cien años o más que tarda un plástico derivado del petróleo.
Hasta ahora, el equipo del IBt-UNAM ha logrado generar cinco cepas con potencial de producción. Por lo que el siguiente paso será evaluarlas en fermentadores para su producción masiva.
n potencial de uso en la industria, dijo Espín Ocampo.
Para que la bacteria produzca el polímero es necesario colocarla en un medio con algunas sales y alimentarla con fuentes de carbono como la azúcar o hidrolizados del bagazo de la caña de azúcar.
Espín Ocampo explicó que de acuerdo a un estudio practicado a estos polímeros, cuando se encuentran en composta se degradan en un periodo no mayor a los cinco meses; tiempo que contrasta con los cien años o más que tarda un plástico derivado del petróleo.
Hasta ahora, el equipo del IBt-UNAM ha logrado generar cinco cepas con potencial de producción. Por lo que el siguiente paso será evaluarlas en fermentadores para su producción masiva.