..

Recientemente la sociedad venezolana atraviesa uno de los momentos más inciertos de toda su historia.  Me atrevo a decir, que como colectivo tenemos más preguntas sin respuestas que nuestros antepasados indígenas a la llegada de los barcos españoles. En ese entonces la incertidumbre a lo desconocido y por ende lo inimaginable, eclipsaron la naturaleza de nuestros habitantes sumergiéndolos mayoritariamente en una inacción que como pueblo tardamos más de 300 años en dar señales de pataleo.

Sin embargo, en esta nueva sociedad, el ser humano tiene mayor miedo a lo que no conoce que a lo que está antes sus ojos, pensando siempre que de alguna manera puede controlar eso que ve o alejarse de ese peligro eminente.

Lamentablemente la realidad de nuestras universidades muestra que no escapamos a este paradigma. Nunca hemos pensado que realmente corremos peligro, pensamos que no nos tocará a nosotros o al menos no como aquellos o como a otros.

Hemos creído que como musculo generador de conocimientos, interruptores de todas las ciencias, abastecedores de los sistemas sanitarios, judiciales, profesionales y económicos, teníamos algún manto sagrado de protección.

Total, ¿Qué Ministro de Educación Superior, cualquiera que sea su ideología política, quiere llevar en su currículo que en su gestión se cerró x universidad? ¿Qué Gobernador o Alcalde, cualquiera que sea su ideología política, quiere llevar sobre su trayectoria que en su gestión se destruyó un recinto académico y no movió la fuerza pública para impedirlo?

Nosotros, como nuestros indígenas, también dudamos por culpa de nuestras creencias. Aprendimos de nuestras familias a pensar con humanismo y posteriormente reforzamos para siempre esos valores en nuestras universidades y aunque no debemos avergonzarnos de eso, lamentablemente nos ha jugado en contra.

No creímos en lo estábamos viendo. No imaginamos nunca tal grado de devastación, pero lo más increíble es que el Estado, no asume la responsabilidad del resguardo de los bienes de toda una nación.

Quizás este ejemplo se repite en muchas partes de nuestro país y sin embargo aún muchos no creen que esto está pasando. Obviamente no tendremos que esperar 300 años como la sociedad pre independentista.  Sin universidades no habrá sociedad para nadie en 20 años.

(*) Director del Sistema de Bibliotecas Universidad de Oriente.

Imagen: cortesía de Instabuster.net