«La sostenibilidad de las instituciones de educación superior debe estar en el centro de la agenda pública. La posibilidad de reconstruir el país, superar la emergencia y alcanzar el desarrollo pasa por el mantenimiento de las universidades. Por ende, los actores políticos, económicos y sociales deben sumarse a la lucha por la educación superior venezolana» afirma Carlos Meléndez, director del Observatorio de Universidades (OBU).

Identifica cinco realidades que deberán sortear las universidades nacionales: en el año 2022, son: la renovación de las autoridades, la brecha entre universidades públicas y privadas, salarios de hambre, convención colectiva al margen de los trabajados y la resiliencia de la comunidad universitaria.

Este año las universidades autónomas deberán renovar sus autoridades, se pone en duda que este proceso se realice de forma justa y democrática.

Se profundizará la brecha entre las universidades públicas y las privadas, por carencias materiales en las primeras.

La deserción de los profesores por salarios de hambre, los más bajos en Latinoamérica y el Caribe.

Las precarias condiciones laborales generan ausentismo y agudiza el conflicto entre los gremios y las autoridades- Unos por defender los derechos de sus agremiados, los otros por atender las amenazas del gobierno.

El OBU recomienda actuar con unidad, organización y estrategia en la defensa de la institucionalidad educativa, y construir redes de apoyo intra y extra universitarias que visibilicen la violación sistemática de los derechos humanos e insistir en la búsqueda de soluciones en conjunto para contener la arremetida progresiva en contra de las universidades venezolanas.

Prensa @unienlinea

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