“Unamos nuestras voces por la paz en Venezuela” cumplió el cometido de congregar la cultura universitaria en un solo canto de esperanza. Luego de que las agrupaciones culturales de la UCV regalaran un repertorio que empezó a unir las voces en la Plaza del Rectorado, se sumó el talento de un Aquiles Báez, cuyas cuerdas acompasaron la voz de América: Soledad Bravo.

La cantante, junto a Báez, se reencontró con una universidad que desde hace mucho esperaba verla. ¡Vaya el retorno de Bravo!, quien en medio de una conmoción nacional que ya ha sumado más de 60 caídos en las protestas, pudo con gran emoción unir su cantar a la de todos los presentes.

“La vida no vale nada” fue sin duda la pieza que achicó el corazón de quienes la siguieron al compás de su canto, pues la letra de esa pieza, si bien al escucharla retumba en el interior de cada quien, también remueve el sentimiento; y más aún cuando sale de la voz de Soledad Bravo en honor a quienes perdieron su vida apostando a la libertad.

Por otra parte, el sonido de las cuerdas de Báez, que nunca abandonaron Bravo, se unió para dar “Gracias a la vida” en nombre de Mercedes Sosa y al unísono de una Plaza del Rectorado colmada de esperanza.

Así cerró su canto Soledad Bravo, acompañada de las cuerdas de Báez, de los coros de la UCV y de las voces de todos los universitarios, que no se despidieron sin antes cantar “Venezuela” y el “Alma Llanera“, a petición de Caterina Valentino y Claudio Nazoa, quienes también fueron parte de este homenaje que unió la voz de los ucevistas y las de todo un país.

Prensa UCV
Gráfica: Soledad Bravo.