Albert Einstein y Mileva Maric se conocieron en 1896 en el Instituto Politécnico Federal de Zurich estudiando la carrera de física. Ella era la única mujer inscrita en matemáticas y fue la primera mujer que se licenció en física. Y en 1903 se convirtió la primera esposa de Einstein. Einstein le escribió en 1900: «Estoy solo con todo el mundo, salvo contigo». Muchos aseguran que las discusiones científicas que ambos mantenían fueron cruciales en el desarrollo de la teoría de la relatividad por parte de Einstein.
Albert Einstein también expresaba con frecuencia sus sentimientos hacia su gran amor, Mileva, por carta. En una de estas epístolas, enviada desde Milán el 13 de septiembre de 1900, el físico afirmaba: «En todo el mundo podría encontrar otra mejor que tú, ahora es cuando lo veo claro, cuando conozco a otra gente. […] Hasta mi trabajo me parece inútil e innecesario si no pienso que también tú te alegras de lo que soy y de lo que hago».