El coronavirus cambió la forma en que se imparte la educación.  Ahora, tras las regulaciones, escuela y hogar, son el mismo lugar.

Según la UNESCO, más de 861.7 millones de niños y jóvenes en 119 países se han visto afectados por la pandemia global.  En EE.UU. millones de familias, se han tenido que uniral 1.7 millón de niños que se encuentran enrolados en homeschooling.  La Secretaría de Educación en México ha extendido el período vacacional desde el 23 de marzo al 17 de abril del 2020.

Lasituación es preocupante. En ciudades donde el 70 % de los estudiantes vienen de familias de bajos ingresos, llevar la escuela a casa significa no poder ofrecer comidas adecuadas, ni la tecnología o conectividad necesarias para el aprendizaje online.

El acceso desigual a internetes tan sólo uno de los muchos problemas que enfrenta nuestro sistema educativo a nivel global, plantea Tara García para The Hechinger Report. Según el World Economic Forum, sólo alrededor del 60 % de la población mundial tiene acceso a la red.  La brecha digital continúa expandiéndose a medida que los estudiantes en sectores vulnerables siguen quedándose atrás en su aprendizaje.

Esta problemática afecta a aquellos en desventaja: madres solteras mexicanas que necesitan escuelas abiertas porque tienen que trabajar, familias inmigrantes que deberán manejar programas en inglés, que podría no ser su primer idioma, o a niños que dependen de la escuela para sus comidas.

Estas dificultades también se replican en miles de universidades que han tenido que cerrar sus aulas debido a esta crisis sanitaria. Harvard, Cambridge, MIT y UCLA pusieron pausa a todas las clases presenciales, eventos académicos y demás servicios, para mudarse a lecturas y conferencias en línea. Consecuentemente, miles de alumnos en educación superior alrededor del mundo, han tenido que abandonar sus campus, tras el aviso de desalojo, que ha tomado a muchos sin recursos u opciones disponibles.

El 20 % de los alumnos en la Universidad de Harvard con ayuda financiera completa, l10,000 estudiantes internacionales y los que pertenecen a grupos minoritarios, han sido los más afectados tras las normas preventivas llevadas a cabo estos últimos meses. Estos se preguntaban si podrían permitirse el lujo de regresar a casa, qué sucedería con las visas que no permiten educación en línea, qué acciones tomarían quienes son originarios de países que se encontraban en la lista que CDC recomienda evitar, cuáles serían los efectos que este periodo tendría en proyectos de años de investigación para los alumnos de postgrado y en carreras universitarias, como en las artes y ciencias, donde la educación frente a frente es pieza clave.

Aunado a esto, la situación en la que se encuentran las personas que trabajan en áreas de limpieza, seguridad y mantenimiento que depende totalmente de la afluencia de estudiantes y docentes en el campus. Las posibilidades para ellos varían entre la reducción de horas, licencias no remuneradas y despidos.

Harvard ha estado desarrollando casos de excepción para aquellos estudiantes internacionales que no pueden regresar a casa, y reembolsos totales o parciales de vuelos y transporte de pertenencias, a quienes dependen del apoyo financiero otorgado por la universidad. A esto se le une la solidaridad de los alumnos que se encuentran ofreciendo resguardo y alimento a aquellos que lo necesitan.

El World Economic Forum, plantea que esta pandemia se convierte en una oportunidad para recordarnos las habilidades que nuestros estudiantes necesitan justo en crisis como estas, siendo así, la toma de decisiones informada, resolución creativa de problemas y, sobre todo, adaptabilidad. Para garantizar que esas habilidades sigan siendo una prioridad para todos los alumnos, la resiliencia también debe integrarse en nuestros sistemas educativos.

Fuente: Paola Estrada V. Marzo 19, 2020  artículo completo https://observatorio.tec.mx/covid19